La historia de Coín

El registro arqueológico de la Prehistoria en Coín se inicia con el «Taller» de Ardite, lugar de extracción y fabricación de utensilios, que pudo ser utilizado tanto en el Paleolítico como en la Edad del Cobre y del Bronce. En la Edad de los Metales destacan asimismo dos yacimientos: «Cerro Carranque» y «Llano de la Virgen» (recientemente declarado Bien de Interés Cultural) , este último con una cronología que abarca todo el segundo milenio antes de nuestra Era. Del paso del mundo prehistórico al histórico el yacimiento del «Cerro del Aljibe» y su entorno es testigo excepcional. Su cronología va desde el Calcolítico al siglo I después de nuestra Era, incluyendo vestigios griegos, fenicios, ibéricos y romanos. El Mundo Romano está representado ampliamente por toda una serie de utensilios y cerámicas encontradas en el término municipal, si bien no puede afirmarse que Coín haya sido municipio romano. De época visigótica es destacable el yacimiento del «Cerro de Las Calaveras», consistente en enterramientos individuales en fosa alargada.

«En este año (920) se conquistó Al-Maydat, en el alfoz de Cártama de la Cora de Rayya, construyendo allí el sultán la fortaleza de Dakwan (Coín)«. Así de escueto se expresa el cronista de Abd al-Rahman III al narrar la fundación del Coín musulmán, Dakwan era el nombre de un alto personaje de Córdoba que fue el encargado de fortificarlo. Hasta la caída de Bobastro, núcleo principal de la revuelta de Omar Ibn Hafsun, en el año 928, Dakwan desempeña un importante papel en las campañas de Abd al-Rahman III contra el disidente muladí. Ibn Adhari, historiador marroquí del siglo XIII, lo denomina «Castro Dakwan», lo que ha dado lugar a especular con un posible precedente latino -si no romano, al menos mozárabe- para Coín. En este sentido la existencia de una basílica rupestre mozárabe en las afueras del casco urbano actual, la más grande de la provincia, datada entre los siglos VIII y X, hace suponer la existencia de una importante comunidad mozárabe previa a la llegada de las tropas de Abd al-Rahman III.

El siguiente hito histórico de Coín se nos presenta en la segunda mitad del siglo XIII, cuando, en el marco de las fricciones que se produjeron por el control del poder en el naciente Reino de Granada, el sultán meriní (Marruecos) Abu Yusuf lanzó una campaña contra Málaga el 1º de abril de 1283, conquistando las plazas fuertes de Cártama, Dakwan y Suhayl (Fuengirola) . Antes de regresar, Abu Yusuf dejó delimitada la zona por él controlada, guarneciendo las fortalezas de Estepona y Dakwan. En esta última dejó a su propio hijo, Abu Zayyan Mandil, como encargado de la defensa. Poco después, en virtud del Tratado de Marbella de 6 de mayo de 1286, se alcanzaría la paz entre merínies y nazaríes, y se restituyen al monarca nazarí todas las posesiones meriníes en Al-Andalus, entre ellas Dakwan.

A partir de este momento Dakwan parece iniciar su época de esplendor. En 1330, el año de la toma de Teba por los cristianos, es sede judicial y probablenente por ello también capital administrativa de la Algarbía (region occidental) de Málaga, situación ésta que muy probablemente se mantuvo hasta finales del siglo XV. Es también en los siglos XIV y XV cuando los autores musulmanes (Ibn Battuta, Ibn al-Jatib) fraguan la imagen geográfica de la excelencia natural de Dakwan -abundancia de aguas, exhuberante vegetación, bondad de clima- que ya no cesará de repetirse a lo largo de su historia.

En el siglo XV el cerco cristiano se estrecha sobre el Reino Nazarí de Granada. En octubre de 1407 se produce la primera incursión cristiana contra Dakwan. Zonas próximas también reciben ataques (Marbella en 1408; Álora y Cártama en 1410) . En este último año la toma de Antequera supone la primera gran amenaza para toda la comarca de Málaga, demostrando la fragilidad de su sistema defensivo. Así, en 1432 otra «entrada» cristiana penetra por el valle de Cártama y de Santa María. Al año siguiente la hueste del Adelantado Mayor de la Frontera, que pretendía atacar Dakwan, es derrotada por su guarnición. En 1434 el Adelantado lo intentará de nuevo, pero fue muerto junto a Álora. Enrique IV también realizará entradas por esta comarca, en los años 1455 y 1456. Será en este fluctuar de lances guerreros favorables y adversos, en este entreverarse lo cristiano y lo musulmán, donde enraíce también la atmósfera poética: nació así la «Historia de Abindarraez y la hermosa Jarifa», bellísima primera muestra de novela histórica, y que tiene a Dakwan como protagonista: «En Cártama me he criado/ nascí en Granada primero/ Mas fui de Alora frontero/ y en Coín enamorado». Historia, romance, tradición y leyenda en un fructífero mestizaje creador.

Dakwan era en torno a 1480 una ciudad de tipo medio del Reino de Granada, cuya población cifró el cronista Valera en 3.000 personas, en una época en que Alhama tendría 5.000, Marbella 3.000, Granada 50.000 y Málaga 20.000. De toda la comarca de Málaga, los campos de Coín son los que en esta época tienen más aranzadas de huertas, aparte de otros cultivos importantes como el viñedo, el olivo, los frutales y las plantas medicinales.

La toma de Dakwan tuvo lugar el 27 de abril de 1485. La escena está reflejada en la sillería del coro de la catedral de Toledo. A continuación el Rey Católico ordenó demoler los restos de la fortaleza debido a que por sus dimensiones y emplazamiento era costoso para los cristianos defenderla, Dakwan pierde así lo que el cronista Palencia denominó «aquel aspecto de belleza que la distinguía entre todas las otras poblaciones del territorio de Málaga».

Nace el Coín cristiano. No obstante su cercanía a Málaga, conservó durante mucho tiempo una autonomía y organización aparte de la malagueña, no incluyéndose en el término de Málaga, uno de los más extensos del nuevo Reino de Granada, por lo que su repoblación y regimiento fueron independientes de los de Málaga. Dos años y medio después de la conquista se inicia el reparto de tierras y la repoblación, pensada inicialmente para 300 vecinos, pero que finalmente ascendió a 450. Los problemas suscitados por los repartidores motivan que a mediados de 1491 tenga que reformarse el Repartimiento.

El gobierno municipal en Coín se rigió entre 1505 y 1623 por un sistema basado en la «mitad de oficios» entre el estado noble y el estado llano o plebeyo. Desde el siglo XVI Coín ofrece un lento pero constante aumento de población. Andrea Navaggero en su «Viaje por España» (1524-1526) lo cita entre la relación de pueblos más destacados de Andalucía. En 1586 tiene 500 vecinos (es decir, «pecheros», personas que pagan impuestos), cifra sólo superada en la provincia por Málaga, Antequera, Velez-Málaga, Ronda y Marbella; 580 vecinos en 1594; 603 vecinos en 1717. 6.237 habitantes en 1752; y 6.639 según el Censo de Floridablanca, el más fidedigno del siglo XVIII. Vivió Coín de cerca la guerra contra los moriscos, en concreto la expedición del Corregidor de Málaga, Arévalo de Suazo, entre julio y septiembre de 1570. Y según algunos autores también tuvo el honor de recibir en 1594 la visita de Miguel de Cervantes, en su calidad de comisionado para la recaudación de rentas de la Corona.

El siglo XVII supone el afianzamiento de la Edad Moderna en Coín. 1632 es el año de la compra su jurisdicción al Rey, eximiéndose así de la de Málaga, pero el pago no se hará efectivo hasta 1696. Entre 1632 y 1649 diecisiete vecinos compran al rey otros tantos regimientos perpetuos, cargos que se anularon por orden real en 1650 por los daños y perjuicios causados al vecindario. Esta medida fue el inicio de una serie de desórdenes que culminan con la elección fraudulenta de dos delincuentes como alcaldes y con la muerte del Corregidor de Vélez, enviado para aclarar la situación, y de uno de los alcaldes.

En el terreno religioso, Coín fue sede de una de las vicarías en que se dividió el Obispado de Málaga. Su jurisdicción se extendía a Churriana, Benalmádena, Fuengirola, Mijas, Alhaurín, Guaro, Monda, Tolox, Yunquera, Alozaina, Casarabonela, Carratraca, Álora y Pizarra. Las siete cofradías que existen en 1531 nos dan idea del fervor religioso en que vive el siglo XVI: San Sebastián, Caridad, Santísimo, Vera-Cruz, Nuestra Señora de Guadalupe, San Antón y San Lázaro, a las que hay que añadir en 1630 las de Nuestra Señora de la Fuensanta, la del Dulce Nombre de Jesús y la del Rosario. Quizás por ello el arte religioso muestra en Coín un atractivo conjunto tanto por tipología como por estilos:

* La mezquita árabe se convierte en el templo católico de Santa María de la Encarnación, primera parroquia de Coín, dotada en 1505 con tres beneficiados y dos sacristanes, que en 1531 se convierten en cinco beneficiados, un cura y varios sacristanes. A principios del siglo XVIII se constituye en él un Beaterio de religiosas franciscanas, edificándose poco después un convento del que se conserva un interesante claustro barroco.

* La Iglesia de San Andrés y el Hospital de la Caridad se edificaron en la Plaza de San Andrés, pasando en 1520 a su actual ubicación. Presenta una curiosa planta en L, fruto de una ampliación posterior, constituyendo uno de los cuatro ejemplares que de este tipo hay en Andalucía. Es de destacar su claustro y la extraordinaria portada-espadaña, obra de mediados del XVIII, con seguridad una de las más bellas realizadas en este siglo en la provincia.

* La Iglesia de San Juan. Para su construcción se le asignó en 1489 parte del solar del castillo musulmán, se le adjudican bienes en 1492 y 1495 y es ya parroquia en 1505. El edificio se concluyó a mediados del siglo XVI. Extraordinario ejemplo del grupo de iglesias columnarias del Renacimiento Andaluz, en ella conviven en natural simbiosis los elementos clásicos, góticos y mudéjares. El decorativismo barroco se adueñó de sus muros en la reforma que recibió el edificio a mediados del XVIII. Destruido en la Guerra Civil su notable conjunto imaginero, todavía puede admirarse dos piezas singulares: la escultura de la Nuestra Señora de los Ángeles, de gran categoría artística, obra del siglo XVI, y la venerada imagen de la Virgen de la Fuensanta, Patrona de la Villa. Ésta, de sólo 11 cms. de tamaño, responde al tipo de imagen arzonera, es obra gótica tardía de finales del siglo XV, y tradicionalmente se cree que fue traída por algún caballero de los reconquistadores.

* La Ermita de Nuestra Señora de la Fuensanta. Si bien la primitiva ermita consta ya que existía en 1529, la actual fue construida en 1680, sufriendo varias reformas en el siglo XVIII. Es de destacar la belleza decorativa de la capilla mayor, concebida como camarín abierto, rnuy parecido en decoración y disposición arquitectónica a la capilla de San Isidro de la iglesia de San Andrés de Madrid y al camarín de la iglesia de la Victoria de Málaga, fechado éste en 1729. Fue su autor José de Medina, considerado como el maestro por excelencia de los artistas posteriores a Mena.

* Torre del antiguo Convento de Trinitarios Calzados. La excepcionalidad del simbolismo ternario de su planta triangular sólo ofrece dos paralelos andaluces: la torre de la iglesia de Santa Ana en Archidona (Málaga) y la del Convento de Mínimas y Marroquíes de Écija (Sevilla). El conjunto del convento de trinatarios se concluye a mediados del XVIII, si bien las primeras noticias sobre su fábrica datan de mediados del siglo XVII.

Entre los edificios religiosos desaparecidos cabe citar la Ermita de San Sebastián, convertida en 1520 en Convento de Agustinos. El Palacio Episcopal, con tribuna a la iglesia de San Juan, construido en tiempos del obispo Manrique (1541-1564) , en el que vieron llegar el fin de sus días los prelados malagueños Diego Martínez de Zarzosa (1658), Juan Eulate Santa Cruz (1755), José Vicente Lamadrid (1809), Fray Manuel Martínez (1827) y Juan Gómez Durán (1830).

A mediados del siglo XVII Henríquez de Jorquera («Anales de Granada») describe nuestra ciudad diciendo que «no le falta todo mantenimiento de abundancia, con buena cría y de sedas, pasas y regaladas frutas, dulces aguas, benigno cielo y saludables vientos». Los autores cristianos conectan, pues, con sus homólogos musulmanes a la hora de transmitirnos la imagen geográfica de Coín. En este sentido cabe señalar también las impresiones del inglés Francis Carter en su viaje de Gibraltar a Málaga a mediados del siglo XVIII, que destaca de Coín «la gran abundancia y excelencia de sus aguas, la pureza de sus aires, la lozanía del suelo y su verdor»

El Siglo Ilustrado transcurre teniendo a Coín como sede del Corregimiento de las Cuatro Villas de la Hoya de Málaga (Coín, Alhaurín el Grande, Cártama y Álora); le concede, por resolución de Carlos III, en 1765, el privilegio de tener Feria anual durante los días 11, 12, 13 y 14 de agosto; y ve aparecer los primeros historiadores locales: el trinitario Fray Fernando Domínguez («Noticia de la conquista, antigüedad y demás cosas notables de la villa de Coin», 1771) y Antonio Agustín Ximénez de Guzmán («Historia de la villa de Coin», 1796). En 1773 el Ayuntamiento de Coín se compone de un Corregidor de Letras, seis regidores anuales, un Alguacil Mayor, un Fiscal, un Síndico Personero, dos Síndicos del Común, dos Escribanías de Cabildo, cinco Escribanías Públicas, una Escribanía de Millones, una Escribanía de Hipotecas (anexa a la mayor de Cabildo) , dos Procuradores, un Síndico General de Menores un Mayordomo de Propios, dos Ministros y un Portero. Contaba también con una Administración de Rentas Provinciales y otra de Tabaco, así como un Preceptor de Gramática y un Maestro de primeras letras. Sus 700 huertas producen toda clase de hortalizas y frutales, como el «albarcoque», el granado, el durazno, el peral y el membrillo. Sus campiñas proporcionaban trigo, cebada, maíz, aceite, cáñamo, lino, uva de Loja, higos, miel, pasa y seda. Tiene 20 molinos de pan moler y 14 de aceite. La población en dicho año era de 1.800 vecinos.

«Una magnífica casa enmedio de un jardin»; » un nacimiento en un ramillete de flores». Con estas palabras describe a Coín Pascual Madoz en los años cuarenta del siglo XIX. Por entonces la población contaba con 1.500 casas, 3 plazas, 50 calles, palacio episcopal, 3 escuelas, 11 fuentes públicas, 2.098 vecinos y 8.239 almas.

En el siglo XX continúa el auge demográfico de Coín: 12.326 habitantes en 1900; en torno a 14.000 en 1929 (má que otros pueblos como Estepona, Álora, Archidona o Marbella); 17.348 habitantes en 1940 y 20.000 en 1950, manteniéndose en este nivel hasta los años ochenta. En 1913 se inaugura la línea férrea con Málaga. Por Real Decreto de 12 de enero de 1930 Alfonso XIII le concede el título de Ciudad y el tratamiento de Excelencia para su Ayuntamiento. Tras la Guerra Civil de 1936-1939, en la que Coín perdió un rico y abundante patrimonio histórico-artístico, se acometen una serie de mejoras urbanas en las décadas siguientes: reconstrucción del recinto del Nacimiento, de los templos de San Juan y Santa María y del Cementerio, construcción de la Barriada de Nuestra Señora de la Fuensanta, de la Barriada Francisco Franco, grupos escolares, Matadero, Mercado de Mayoristas y Campo de Deportes. Llega la electricidad a los partidos rurales, se instala la red de abastecimiento de agua y alcantarillado y se acondicionan jardines y accesos.

Archivos tuvo y tiene Coín desde el siglo XVI: Archivo Parroquial de San Juan (hoy en el Diocesano), del Hospital y Cofradía de la Caridad, del convento de Agustinos Calzados, de los Trinitarios Calzados (parte de los cuales están en el Histórico Nacional) y sobre todo el Archivo de Cabildo, integrado hoy en el Archivo Histórico Municipal. Ingente material ofrecen para historiar lo que fue de esta ciudad, cuya fama, al decir de Ibn al Jatib, se pregonaba por el mundo «como ondea a todo viento un estandarte».

Por: Víctor Gallero Galván